Cuando se declaró la alerta roja en el Valle de Aburrá por contaminación del aire, en marzo de 2017, se reguló la circulación del 30 % de los carros y motos para evitar una emergencia ambiental como la de 2016, cuando Medellín reportó niveles de 129 microgramos por metro cúbico de material particulado (PM) 2,5.