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    Ecopetrol e ISA

    El viernes pasado Ecopetrol realizó el pago de 14,23 billones de pesos al Ministerio de Hacienda para la adquisición del 51,4 por ciento de la participación accionaria de Interconexión Eléctrica (ISA). En lo que el ministro de finanzas, José Manuel Restrepo, calificó como “una de las operaciones más importantes de la historia del país”, la petrolera estatal incorpora una empresa crucial en su estrategia de transición energética.

    Esta transacción, que se financiará con un crédito por 4.000 millones de dólares, cuenta con un inocultable componente fiscal por los multimillonarios recursos que llegarán a las arcas de la Nación –prácticamente lo que el Gobierno Nacional aspira a recaudar con su proyecto de reforma tributaria 2.0–. En momentos de creciente gasto público por la pandemia y angustias fiscales del Ejecutivo, esta liquidez será de inmensa ayuda para el presupuesto oficial, en plena reactivación económica.

    Más allá de esas cuentas fiscales, el llamado ‘negocio del año’ genera consecuencias tanto empresariales como sectoriales. Ecopetrol apuesta en grande a su hoja de ruta hacia la transición energética, en especial en la descarbonización. De hecho, el grupo empresarial petrolero se ha comprometido con la ambiciosa meta de cero emisiones netas de CO2 con miras al 2050. Lo anterior implica no solo producir hidrocarburos más eficiente y sosteniblemente, sino tomar acciones de reducción de huella de carbono.

    Con la adquisición del grupo ISA, el conglomerado de Ecopetrol entra al negocio del transporte de energía eléctrica con alcances regionales en seis países de América Latina, así como en infraestructura y telecomunicaciones. La petrolera estatal se sintoniza con las discusiones estratégicas que en años recientes se han presentado sobre el futuro de la industria de los hidrocarburos en un mundo que busca activa y urgentemente reducir el consumo de combustibles fósiles.

    De hecho, los más recientes resultados de Ecopetrol reflejan una positiva capacidad de resiliencia y adaptación a los choques globales generados por la pandemia de covid-19. El segundo trimestre de este año constituyó el mejor período registrado en su historia, con un ingreso consolidado de 19 billones de pesos y una utilidad neta de 3,7 billones de pesos. Este desempeño es impulsado tanto por los precios internacionales de crudo, superiores a los 60 dólares por barril, como por eficiencias. Estas cifras le permiten a la compañía más grande del país asumir con mayor comodidad la inversión en la compra de ISA.

    Otro aspecto para destacar de esta billonaria operación es el reto de la integración de ambos conglomerados. Tanto Ecopetrol como ISA cuentan con experiencias de gobierno corporativo que no solo deben mantenerse y fortalecerse en su autonomía, sino que también auguran que los dos grupos empresariales continuarán con sus actuales trayectorias. Más aún, las rutas de sostenibilidad y descarbonización de Ecopetrol pueden aprender de las estrategias, incluso financieras, de ISA.

    Tras esta compra, Ecopetrol no perderá su sello de producción de crudo y gas, pero sí entrará con firmeza tanto a la diversificación energética como al camino futuro de la economía colombiana a una mayor presencia eléctrica en su movilidad, industria y otros sectores.

    FUENTE: ET

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